LOS DICHOSOS CALAMBRES: CUESTIÓN DE FUERZA O HIDRATACIÓN
¿Quién no ha
sufrido alguna vez un calambre mientras realiza actividad física? A todos los
que nos gusta montar en bici, correr, nadar etc. en algún momento de nuestras
vidas hemos sufrido de los temidos y molestos calambres. Es más hay deportistas
que los padecen con bastante frecuencia, hasta tal punto que no son capaces de
solucionarlos y terminan abandonando su deporte favorito.
Aunque son
más frecuentes en deportes de resistencia, todos aquellos que realizan deporte
están expuestos a ellos, por eso mismo vamos a intentar resolver algunas
cuestiones para que podamos seguir disfrutando de nuestra actividad e incluso
mejorar nuestro rendimiento.
En primer
lugar si hablamos de porque se producen estos calambres, enseguida nos viene a
la mente por qué y es por falta de
hidratación (falta de sales etc.); bien esta teoría no está desencaminada pero no
es cierta del todo ya que recientes estudios como los elaborados en la Western
State no ven relativo en cuanto a tener calambres el que estemos más o menos
hidratados.
Las
conclusiones de este estudio y que cada día cobran más importancia en la
comunidad científica nos dicen que es un problema de tono muscular, es decir de fuerza y su relación con el
ritmo de carrera y el tiempo de la misma.
Este estudio
ha demostrado que al faltar fuerza llega un momento que la contracción muscular
que se produce para que podamos movernos no se hace de una manera eficiente, se
agota y se producen roturas musculares que son las que nos producen esos
calambres, lo que algunos expertos
denominan la teoría de la goma, la mala se parte y la buena no aunque la
estires muchas veces.
Pongamos un
ejemplo que es como mejor se entienden los conceptos; un atleta que corre (hablamos de carrera pero
se puede extrapolar a bici, natación, escalada…) los diez kilómetros en
55minutos y le dan calambres en el kilómetro 8 o 9 a punto de terminar los 10.
Si yo fuese su entrenador le pautaría lo siguiente y sucedería, por estadística
lo que a continuación detallamos.
·
Trabajará
la fuerza en el gym, mejorara y será capaz de correr los 10k en 50-48 minutos.
Aunque seguirá teniendo calambres en el mismo kilómetro, en el 8. Y preguntará…
¿Qué pasa si estoy haciendo fuerza? Respuesta: claro es que estas corriendo 5-8
minutos más rápido. Es decir al aumentar su fuerza etc. es capaz de correr más
rápido pero su fuerza no está igualada al ritmo.
·
Este
mismo patrón se repetirá en varias ocasiones hasta el punto que el atleta
llegue a su ritmo óptimo de, por ejemplo, 4´30´´ y seamos capaces de generar
una fuerza capaz de aguantar este ritmo, tiempo y kilómetros.
Resumiendo,
la relación de fuerza, con el ritmo de la prueba, la distancia será la clave
para evitar los temidos calambres.
Vamos ahora
al dominguero que sale con la bicicleta
y cuando se agrega en la grupeta alguien que va más rápido de lo que están
acostumbrados le pasa lo mismo porque aunque sea la misma ruta de siempre al
aumentar el ritmo y no tener fuerza suficiente para llevarlo a cabo le
aparecerán los calambres etc.
Así que mi
consejo es que no olvidemos el entrenar la fuerza, tal como ya hemos publicado
en otras ocasiones su importancia es vital. Si nos resulta aburrido trabajarla
de modo tradicional en el gimnasio podemos hacerlo con actividades tipo
crosfitt, también podemos entrenarla subiendo escaleras, cuestas, haciendo
series en la bicicleta con mucho desarrollo etc.
Una vez
explicado el tema de los calambres me gustaría introducir el tema de la semana
que viene que será la fatiga por
deshidratación fundamental ahora en
verano como veremos. Pero no quiero dejar pasar la oportunidad de resaltar que
aunque para el tema de calambres se ha demostrado que no es relativa sí que
será fundamental para que nuestro cuerpo rinda de manera óptima. Consejos:
·
Hidratarse
bien antes, durante y después del entrenamiento, en el mismo podemos perder
hasta 2 litros por hora. Luego veremos si con agua o con isotónicos.
·
¿Cómo
saber si estamos hidratados o no? Bueno hay una forma muy sencilla y es mirando
el color de nuestra orina, si, suena un poco raro pero es muy útil y cierto,
cuanto más transparente mejor hidratados estaremos y viceversa cuanto más
oscura peor claro.
Joaquín Planelles
Serrano
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